Energía y Futuro – Julio Alejandro Millán
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- 23 jul
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Julio Alejandro Millán
En 2024 se dio un giro decisivo en la política energética del país. Las reformas constitucionales introducidas por el actual régimen redefinieron el papel de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como organismo prioritario del Estado, buscando recuperar la rectoría energética nacional. Sin embargo, este rediseño institucional —que otorga a la CFE al menos 54% del mercado de generación y limita al sector privado a 46%— ha generado tensiones estructurales en el sistema eléctrico nacional, así como una caída significativa en la inversión pública y extranjera en el sector.
Las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, así como a leyes secundarias, marcaron el fin del modelo desregulado iniciado en 2013. Bajo el nuevo esquema, la CFE no sólo recupera su papel como empresa pública estratégica, sino que también adquiere prioridad en el despacho de energía, incluso por encima de generadores privados más eficientes o económicos; dejó de ser un competidor en el mercado para convertirse en su controlador.



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